febrero 22, 2010

Funar o no funar... he ahí el dilema

Yo vivo en una casa esquina. Antes era un almacen y todavía hay un portón que nos lo recuerda. Y como buena casa esquina, la gente se para a conversar frente al portón, a cualquier hora del día y de la noche. En el peor de los casos, un curado se para y mea en mi portón. Los detengo a sarta de chuchadas, interrumpiendo su accionar. He llegado incluso a tirarles agua por la ventana.

Anoche, cerca de las cuatro de la mañana, volvió a pasar... esta vez, reconocí al autor de tan delesnable acción. Es que no entiendo por qué tienen que mear en una puerta, si a dos metros más allá hay un poste... y la puerta es una esquina, no tienen recoveco alguno, o sea, no te ofrece ningún tipo de espacio para ocultarte... es más, tiene un foco alógeno, lo que significa que te iluminas y te ves más que en cualquier otro punto de la calle.

Para mala suerte del implicado, lo ubico de alguna parte, pensé... Se me viene a la memoria el nombre de una amiga e instintivamente le suelto, en medio de las chuchadas: "mejor cállate, hueón, y date la vuelta y vira, porque sé que te llamas tanto y que vives en la otra cuadra, en la casa blanca de dos pisos con la escalera en espiral"... el huevón quedó helado y callado, principalmente porque estaba en actitud de "yo no fui"... su amigo le reprocha: "pouta, te dije que mearamos en la calle no más"...

Me impresiono yo misma de mi buena memoria y d elos efectos que la rabia provoca en mi intelecto. O sea, acordarme del nombre de un huevón que es amigo de una amiga que no veo hace más de 10 años... o sea, en realidad tienen que haber sido mucha rabia... y mucho el aburrimiento mío, que me levanté esta mañana y revisé el facebook de mi amiga (la tengo agregada)... 90 segundos más tarde, tengo 300 fotos del huevón, su nombre completo, dirección, teléfono celular, nombre de los hermanos, historial educativo y hasta la dirección de donde trabaja.

Aquí viene el dilema. Rodrigo, mi amado esposo, dice que debo dejarlo ir. Yo, que soy muy picada, pienso que nada me cuesta abrir una cuenta de correo nueva y con ella enviarle un correo a todos los amigos del huevón (son como 300) con su foto y la leyende "soy un sucio alcohólico que me dedico a mear en puertas ajenas"... incluyendo, por supuesto, la dirección de correo de su trabajo, acotando en ella que el joven en cuestión se desempeña como chef... y si en su vida diaria se dedica a asquerosidades como esa, nadie asegura que se lave bien las manos al momento de cocinar... sanción social, que es la que cabe en este tipo de accionar tan poco civilizado de algunos seres en este país.

Como soy una esposa obediente, refreno mis ímpetus de venganza virtual y no envío ningún correo electrónico, ni utilizo ninguno de esos grupos tipo "yo anduve con un chanta" para mi lección privada de civilidad. Pero me queda una idea dando vueltas en mi cabecita loca: si yo pude en 90 segundos saber tanto de este tipo, ¿podrá alguien saber tanto de mí en 90 segundos?

De ahí la disyuntiva, que dejo lanzada al espacio virtual espernado que alguien me responda las dimensiones éticas de la misma: ¿Funar o no funar al pobre huevón? Respóndame usted...

1 Comments:

Blogger FORLACK said...

Hace mil tiempo que no aparecía por estos lares.. y en menos de 90 segundos pude darme cuenta de cuánto has vivido.... si es que en parte eso responde a tu interrogante.

Es cierto, podemos develar tanto en tan poco tiempo pero ese error es parte de la mal llamada "globalización cibernética". Regalamos nuestra intimidad sólo por el hecho de estar, y reitero las comillas "actualizado".

A no fiarse de aquello que es de uno y que a la vez es de todos, no?

Slds y me alegro que sigas escribiendo.

2:11 a.m.  

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