Cómo será el traje nuevo del emperador???
Yo no sé mucho de política. Sólo la encuentro algo intresante, pero demasiado manoseada por politicastros ansiosos de mejorar sus propias vidas en vez de trabajar por el bien común, como hacían los verdaderos políticos de antaño.
El poder es, según lo recuerdo de mis clases de Política Internacional, lo que buscan todos y cada uno de los partídos políticos. El poder de ser quienes administran el Estado. Aunque el Estado puede administrarse de muchas formas: a través de los medios de comunicación, de la economía, de la organización de las masas.
Hoy Chile puede decir orgulloso que tiene un nuevo emperador. No es un simple presidente: ostenta en si mismo muchos de los poderes ocultos del Estado. Maneja los medios, tiene el poder económico, y ahora posee el poder político... es un verdadero emperador.
Me preguntaba como sería el traje nuevo del emperador... y su Corte. Porque todos los emperadores tienen una corte llena de marqueses, duques, damas de honor, emperatrices y preferidas. Ese es su traje. En el caso de nuestro humilde Chile, serían ministros, subsecretarios, intendentes y seremis. Y todo el resto de los que ingresen al "servicio público" por algún cuoteo político.
Yo no veo muchas noticias por estos días. Aún así, me he enterado de la cordial invitación del nuevo emperador a ser parte de su corte a los antiguos cortesanos... Interesante indicio el que nos entrega la política... Porque a mi me enseñarona ver las cosas por su causa real y su causa aparente. Aparentemente el emperador busca mayores aliados políticos en un país extremadamente politizado como el que enfrenta. O sea, la mitad del país no lo puede ni ver...
Pero, ¿será esa la causa real? A mi me parece que la Derecha enfrenta hoy una disyuntiva algo compleja: aquellos que pelearon por ostentar el poder hoy no quieren hacerce cargo de él. Porque gobernar no es sólo ganar las elecciones, es abandonor su cómodo reducto en el mundo privado para ir a cumplir con lo que prometimos en el sistema público, donde ganaré un tercio de lo que gano en mi cargo de ejecutivo... y tendré miles de ojos pendientes de mi comportamiento, más de la mitad del parlamento a la espera de cuestionarme, y uno que otro partido político dispuesto a llevarme a la guillotina. Eso sin contar con los malos ratos que te harán pasar las organizaciones civiles y los fondos públicos. El pueblo es difícil de satisfacer, en especial ahora que ya no enfrentamos una masa que se conforma con pan y circo. Cada día exigen más por menos esfuerzo.
Mía.
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