febrero 14, 2010

Placeres Culposos...

A ratos me detengo a revisar el estado de algunos de mis amigos en Facebook. Así llega una a conclusiones bastante trascendentales de la vida que le hacen pensar y recordar viejas costumbres.

Así fue que recordé el tema de los "placeres culposos", cuando alguien le hizo un comentario a una amiga sobre su placer culposo por haberla visto salir del recital de "La Noche". De más está decir que "La Noche" puede fácilmente clasificarse en un placer culposo, tal como en otro tiempo fueran los American Sound o Pandora.

Todos tenemos un placer culposo, aunque lo neguemos. Así como antes dije que todos tenemos o habíamos tenido un amor platónico: es parte de nuestra esencia como seres humanos, de nuestros secretos más oscuros. Claro está, algunos hemos aprendido a aceptar nuestros placeres culposos como parte de nosotros mismos, en vez de avergonzarnos de ellos.

Yo, por ejemplo, durante mucho tiempo asumí que mi placer culposo era Steven Seagal. Pero después como que envejeció y engordó, así que ahora no puede ser placer culposo de nadie... pero es fácilmente reemplazable por, por ejemplo, Marko Zaror, alias "Mirageman". Que culpa tiene una que de vez en cuando le resulten apetitosos los músculos exacerbadamente gigantes... Digo, es cierto que resultan estéticamente más agradales músculos proporcionados como los de Wolverine en la peli, pero los de Zaror no dejan nada que desear... y mezclados con esas patadas estilo Kung Fu se aprecian bastante mejor... Yo recomiendo que vean Kiltro o Mirageman y más de alguna terminará compartiendo mi placer culposo.

Tuve una amiga en la universidad que definía bastante bien esto de los placeres culposos. Esa cosa que te encanta, pero que a la vez te avergüenza... como mi amiga que siempre viste de negro y ve peliculas japonesas, pero que ocultamente le guista "La Noche". Supongo que para ella Leo Rey debe ser lo que para mí es Zaror... pregunta aparte es si el muchacho este tendrá algo que ver con el arroz de nuestra infancia... ¿se acuerdan "Zaror el arroz... blanco, blanquito... graneado, graneadito"?

Está bien, a una se le cae el carnet de vez en cuando y hay más de alguno que ni siquiera se acuerda del famosos arroz... lo que se vuelve también parte de esos placeres culposos de recordar detalles de nuestra infancia, eso de definirnos en alguna década según nuestra infancia o adolescencia. Los ochenta o los noventa... como si ya hubiese pasado tanto tiempo y nuestros recuerdos fuesen a escribirse en libros de historia... lo que nos recuerda lo "añejos" que nos podemos poner cada vez que cumplimos años...

Pero volvamos a lo que nos convoca... Placeres culposos... todos los tenemos, el tema es aceptar ¿cuál es el tuyo?