abril 15, 2005

Cuestionamiento

El cansancio me está pasando la cuenta. El cansancio de cuerpo y el cansancio de alma. Anoche intenté conversar con mi hermana sobre cosas básicas de la vida, como ideologías personales y todo eso, pero creo haber perdido soberanamente algunos minutos de mi vida. Lástima, porque esos no regresan.

Me molesta enormemente gastar saliva en conversaciones con ese tipo de personas que antes de empezar la conversación se ponen una capucha negra y tapones en los oídos. Es decir, no ven nada, no oyen nada, no piensan nada que sea diferente a lo que ya conocen y lo que consideran “correcto” desde su visión del mundo.

Vidas limitadas deben ser aquellas donde no puedes admitir equivocación producto de tu soberbia. Vidas limitadas esas donde careces de la capacidad de ver al otro, de sentirlo, de compartir con él cada espacio de su mente, de respetarle en lo más íntimo de ti mismo, sólo porque el otro existe.

Me gustaría saber, tener la certeza, que soy capas de hacer lo que acabo de decir. Pero me parece que mi calidad de ser humano inserto en una sociedad neoliberal de libre mercado me impide hacerlo. Es decir, creo que llevo una vida limitada.

Procuro ampliar los horizontes de mi vida. Lo intento. Supongo que en virtud del cariño que le tengo a mi “familia adoptada” (la tribu) es que pretendo convencerles de ampliar sus horizontes también.

Estoy en plena Pacificación de la Tribu. Creo que sin darnos cuenta entramos en un espiral de violencia implícita, de agresividad, donde trato benévolo se fue perdiendo entre broma y broma. Ellas lo tomaron a la broma. Piensan que es otra más de mis locuras. En realidad, creo que había perdido la noción de ser tratada con cariño y con respeto.

En eso Vilti y NN (sigo con lo del nombre, sólo que aún no lo encuentro) han sido claves. Ellos son unos caballeros y conversarles me ha devuelto la perspectiva de lo que significa sentir un buen trato en las relaciones de amistad. No es necesario tanto sarcasmo, no son necesarias tantas bromas soterradamente hirientes. ¿En qué momento dejamos de hablarnos para empezar a lanzar nuestros descontentos inconscientemente y a modo de apelativos soterradamente humillantes como “gil” o “soquete”?

Me preocupa. No sólo me preocupan los pajaritos del cielo que componen la tribu, me preocupo por mí, que en cualquier momento y sin dar mayor aviso, emprenderé vuelo y preferiré seguir sola en este rumbo. Hay momentos en que me doy cuenta que subconscientemente comienzo a poner distancia. El tema es que en todo este proceso esa distancia podría volverse infranqueable.

A ratos me enojo con esta mujer que llevo dentro. ¿Quién me hizo tan omnipotente para eliminar de mi vida a las personas que no considero valiosas, medidas en mi escala valórica? Suelo hacerlo. Suelo retirar a personas que en algún momento fueron grandes amigos y ese retiro es taxativo, es infranqueble, no tiene vuelta atrás. Eddu lo sabe. Muchos lo saben, aunque tampoco creo que eso afecte trascendentalmente sus vidas, así como su ausencia no afecta la mía.

Cuestionamiento. Hoy me cuestiono si es correcto ser tan consecuente. Mi carácter de testarudez me dice que el resto del mundo cataloga con adjetivos como “rígido”, “cuático” o “caga’o de la cabeza” a actitudes como la mía. Mi carácter de testarudez me dice que no porque todo el mundo lo haga tú debes hacerlo. Mi carácter de testarudez me pregunta si comería gusanos fosforescentes si fuese la última moda comerlos y todos comieran. Creo que no me gustan los gusanos…

Mía

1 Comments:

Blogger FORLACK said...

Insisto con mi discurso sobre la tolerancia...

Creo firmemente que aquellas cosas que toleras y en las cuales omites tu desagrado desde el principio, pasan a ser "socialmente aceptadas". La interrogante es cuándo ponerle freno a ciertas conductas. A veces suele ser tarde.

Espero que esta vez difiera de aquello. Ya haz entendido qué te incomoda o qué sientes en determinado momento.

A todo esto, una cosa es ser consecuente y la otra es testaruda... algo te he conocido y considero que tienes más de lo primero que de lo último.

1:16 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home