Celos Irracionales

Los celos son irracionales. Siempre es así. No importa como queramos verlos, no importa cuantas excusas nos demos. Los celos nunca tienen un fundamento lógico tras de sí. Yo suelo ponerme celosa de las cosas más intrascendentes del mundo. Podría ver que una mujer le baila en pelotas a mi pareja y no sufrir el mínimo aviso de celos. Sin embargo, basta que una de sus miradas se pose con mayor detención sobre el gato que sobre mí, y ya está, me dan los celos. Creo ser, sin lugar a dudas, el mayor ejemplo de celos que existen en el planeta.

Los mío son enormemente irracionales. No suelo ponerme celosa de mis parejas, si de mis amigas… no suelo ponerme celosa cuano intentan ponerme celosa, sí cuando me siento tratada en diferentes condiciones que el resto de los mortales…

Entramos entonces en el plano de los dobles discursos… nunca me han gustado y verme envuelta en dobles discursos genera en mí reacciones tan desproporcionadas como las que me causa mi Complejo de Invisibilidad.

Iré por partes. Primero lo del complejo que es más corto: mi hipótesis es que en ciertas ocasiones y para ciertas personas de pronto me vuelvo invisible, paso así como a una dimensión paralela en la que mi cuerpo es medio transparente y pasa desapercibido. Suele ocurrirme en restaurantes, en algunas filas, en conversaciones familiares, pero nunca me pasó eso de tener una invisibilidad temporaria, es decir, ser invisible a ratos. El sentirme invisible, a veces, me causa reacciones desmedidas, enojos insanos, alteraciones injustificadas.

Luego viene lo de los discursos dobles. Me molesta la gente que tiene discursos dobles, que dice algo y luego hace lo contrario, que critica algo en algunos y luego lo acepta en otros, que reprende comportamientos ajenos pero los aprueba en sí mismos. ¿Por qué lo que se aplica para unos no puede aplicarse a todos?

Le pregunté eso a Angelito cuando me hablaba de sus cuestionamientos internos sobre una historia pasada de la que ella conserva grandes ilusiones. Días antes me reprochó en tono enérgico y fuerte cuando le dije que estaba triste por que extrañaba a mi Cristóbal (léase, el único hombre por el que he sentido un amor puro, el único por el cual dejaría todo atrás si me lo pidiera… sólo que él no me lo pide y yo no lo veo hace como tres años)… con voz dura me dijo “hasta cuando sigues con eso, si sabes que no puedes hacer nada”… Entonces fue que le pregunté porqué las cosas que se aplican a mí no se aplican a ella… por qué yo debo cortarla cuando ella sabe con más certeza que yo, que nada puede hacer por esa historia… eso, mi querido Angelito, es un doble discurso, muy propio de los chilenos, en todo caso…

Conversaba hoy con Vilti por eso de la invisibilidad… él adquirió la pésima costumbre de invisibilizarme… no lo entiendo. Su argumento es que cuando trabaja no habla… pero hoy fui a buscar unas impresiones a su local y estaba con una chica muy linda a la que si le hablaba… ella no era invisible, no debe conocer el complejo… pensé al principio que eso también me sonaba a doble discurso… luego entendí que en materia de amor lo tradicional no vale y él la miraba con esos enormes ojos negros, iguales a los de mi Cristóbal, él se perdía en ella embelesado de afecto… Ya quisiera cualquier mujer que alguien la mirase así… ya quisiera yo generar ese sentimiento en alguien, ese desear “ser besada sin pasión, sólo con cariño” cómo escribí en un cuento hace tiempo… el caso es que Vilti es lo más lejano a un doble discurso que he conocido… por eso y por sus ojos es que me gusta conversar tanto con él… a ratos, cuando lo escucho, parece que me traslado en el tiempo y vuelvo a tí, te vuelvo a escuchar mientras ríes y me hablas al oído… luego regreso y Vilti sigue ahí… él me hizo recuperar la esperanza, porque si hay más ojos como los de Cristóbal en el mundo ¿quién no me dice que algún día encuentre a alguien que, como él, tenga el don de reconstruir mi alma con una sola mirada?