marzo 27, 2005

Horas perdidas

Me siento abrumada por el aburrimiento... ¿en qué momento de mi existencia perdí la noción de que en un sábado por la noche se hace algo más que dormir, ver tele o escribir alguna cosa? Acabamos de dejar a Angelito en su casa, hace un par de horas... le dolía su cabecita loca y antes de dejarnos, estuvo un buen rato contando una película que a ella le gustó mucho...

Pepe le Puf anda en fuga. Dice que no quiere volver a su casa y la entiendo... a mi me pasa lo mismo, en especial los fines de semana... esta "Semana Santa" fue cualquier cosa menos espiritual para mí. Digo, si se acabara el mundo justo ahora, de seguro me voy al infierno por pecadora... pero como ya no tengo claro que es pecado o no (también se aplica a mí eso de la "moral acomodadiza"), creo que me queda alguna oportunidad...

Estuve el jueves en casa de Pedro Luis... él invitó al brasileño ese al que le estuve coqueteando mucho y que luego pidió mi teléfono... conversamos muchísimo y me pareció bien encontrar alguien con quien discutir puntos de vista políticos... aún cuando descubro cada día que soy una inculta y que nunca terminaré por aprender bien de que se trata todo eso... así como no entiendo de donde salió mi gen amante de la política...

En fin... luego de irme de la casa de Pedro Luis, cuando él se fue a acostar y nos dejó solos al brasileño y a mí (creo que tenía complejo de celestino), vienen mis horas perdidas... si alguien tiene tiempo, agradeceré me ayuden a buscar esas cinco o seis horas perdidas en mi vida, entre que salí de esa casa y volví a la mía... no es por que no recuerde (vuelvo a aplicar lo de la Amnesia temporal voluntaria) sino porque creo que fueron unas horas mal invertidas...

¿Recuerdan cuando escribí eso de la Mañana Después? Pues bien, esa mañana me sentía alegre, a pesar de que sabía que no podría repetir esa noche, por mutuo acuerdo... tras mis horas perdidas, no sé si volvería a repetir el incidente... no sé bien que fue, si la conversación previa, el despertar con ganas de salir corriendo o el acordarme de aquel al que dedico varias horas de mi día para escribir una cursi novela de amor, con el único objetivo de cerrar un capítulo que no sé bien por qué no logro cerrar...

El caso es que las horas perdidas ya se fueron y no logro capturarlas... recuerdo que la noche aquella que no puede ser repetida por mutuo acuerdo, me hizo redescubrir una yo que había hibernado por mucho tiempo, esa que mi amigo Alberto describía como "expeler energía sexual"... esa yo que me gusta mucho... tengo miedo que las horas perdidas vuelvan a dormirla... son tan extrañas mis reacciones, que cualquier cosa podría pasar...